21 SEP 2020

21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad que tiene una base neurodegenerativa. A nivel del cerebro se genera una acumulación anormal de proteínas que va generando la muerte de neuronas.  Esta enfermedad es una de las causas más frecuentes de demencia y afecta principalmente a personas mayores de 65 años.

Actualmente es un grave problema sanitario y económico a nivel mundial, porque en todo el mundo la población está cada vez más envejecida ya que ha aumentado la expectativa de vida. Por lo tanto, cada vez hay más gente que padece esta enfermedad, la cual demanda una cantidad enorme de recursos desde el punto de vista médico y económico.

Etapas y evolución

El Alzheimer tiene varias etapas. Una etapa preclínica que empieza muchos años antes que se inicien los síntomas.  En este momento comienza el proceso de daño a nivel cerebral, pero durante el mismo la reserva cognitiva logra compensarlo y no se evidencian síntomas. 

Luego se pasa a un estadio de deterioro cognitivo leve. Empiezan a hacerse evidentes fallas cognitivas que exceden lo esperable para la edad, pero que no tienen un impacto funcional significativo. Es el paciente que comienza a tener fallas de memoria significativas, pero que sigue manejándose de manera independiente en sus actividades diarias. Esta es una etapa de transición. 

Posteriormente, ya no puede realizar tareas complejas de manera independiente, empieza a tener dificultades en el manejo del dinero, para realizar trámites o hacer arreglos en la casa por ejemplo. Cuando la enfermedad genera esta alteración en las actividades de la vida diaria ya se habla de un estadio de demencia, que en la evolución de la enfermedad pasa de ser leve a moderado y finalmente severo.

La evolución de la enfermedad de Alzheimer es variable, hay pacientes en los que avanza más rápido y en otros más lento. Pero es una enfermedad cuyo curso evolutivo promedio es de 10 años.

¿Cuáles son sus síntomas?

Hay síntomas cognitivos como fallas de memoria, de atención, de lenguaje, de funciones ejecutivas, de funciones visuoespaciales, y otras. Pero también son muy importantes los síntomas conductuales de la enfermedad, que no son exclusivos de la enfermedad de Alzheimer porque pueden estar presentes en otras demencias. Es frecuente que los pacientes tengan trastorno de ansiedad, depresión, apatía, irritabilidad, agresividad, labilidad emocional, delirios, agitación, y otros. 

Cuando aparecen estos síntomas es importante detectarlos e intentar manejarlos con recursos no farmacológicos, y utilizar tratamientos farmacológicos en los casos necesarios. Muchas veces estos síntomas generan más conflicto en el ámbito familiar y para los cuidadores que la falta de memoria. 

Lo más frecuente es que la enfermedad de Alzheimer empiece con problemas de la memoria episódica, que es la memoria de hechos recientes. El paciente empieza a tener olvidos de hechos que hizo el mismo día o en los días previos. Olvida conversaciones, por lo que empieza a estar repetitivo/a, ya que pregunta y comenta varias veces lo mismo. Comienza a olvidar dónde guarda objetos, dinero, documentos. Puede olvidar hornallas encendidas y canillas abiertas. Es usual que ya desde las etapas iniciales el paciente no tenga conciencia de estas fallas y las niegue cuando alguien se las menciona.

Es común también que empiece a haber desorientación espacial, por lo cual comienza a perderse en lugares conocidos. Al inicio en la calle, y avanzada la enfermedad incluso adentro de la casa. Una vez que ha progresado el Alzheimer, también hay dificultad en el reconocimiento de rostros familiares, por lo que confunde muchas veces a sus parientes. También tiene ideas delirantes, como por ejemplo creencia de que alguien le roba (ideas de hurto). 

La enfermedad inicia de manera focalizada o relativamente focalizada, con afectación de algunas funciones predominantemente, siendo la principal la memoria. Luego, como todas las enfermedades degenerativas, va teniendo una progresión que hace que produzca un deterioro  más global y que se alteren finalmente todas las funciones cognitivas, no solamente la memoria, como las funciones ejecutivas, la atención, el lenguaje y las funciones visuoespaciales.