20 DIC 2021

¿Cómo proteger los ojos del sol?

En verano estamos mucho más tiempo al aire libre, lo que nos hace estar más expuestos a los irritantes oculares.

El Dr. Jorge Luis Saiñas, Especialista en Oftalmología, indica que los principales irritantes son: el viento, el calor, el sol (por los rayos ultravioletas), la arena, el polvo ambiente y el polen, esto último sobre todo en primavera.

El efecto dañino se manifiesta a través de irritaciones oculares externas (ojo rojo), pero, a largo plazo, la exposición acumulativa a rayos UV puede traer consecuencias graves como: queratitis (inflamación de la córnea), conjuntivitis, aumento en la incidencia de la formación de cataratas, maculopatías y tumores oculares.

Por todo esto, es muy importante la protección de los ojos por medio de cualquier tipo de barrera mecánica que disminuya la exposición, puede ser con: visera, gorro, lentes de sol y el uso de gotas lubricantes oculares (lágrimas artificiales).

Usar sombrero y anteojos de sol en verano reduce hasta en un 90 por ciento la incidencia de la radiación sobre los ojos.

 

CALIDAD DE LOS ANTEOJOS

Hay que tener mucho cuidado en el uso de lentes de sol de mala calidad, ya que uno se expone peligrosamente a los rayos UV pensando que está engañosamente protegido por tolerar más el sol, pero aumenta la exposición a los mismos.

 

¿CÓMO ELEGIR ANTEOJOS DE SOL?

Los anteojos de sol que adquiramos deben cubrir toda el área de los ojos y tener filtro para rayos UVA y UVB. La capacidad de bloquear estos rayos no depende de cuán oscuros sean de los lentes ni de su precio. Existen diferentes rangos de protección UV. Se recomienda que los anteojos posean un filtro UV del 80% o superior. Esto no es algo que nosotros podamos distinguir mirando el vidrio.

CUIDADO ESPECIAL EN LOS NIÑOS

Los rayos ultravioletas son igual de perjudiciales para los ojos infantiles que, al no estar desarrollados completamente, son mucho más vulnerables que los de los adultos a los efectos nocivos del sol. Una buena protección desde la infancia puede prevenir patologías visuales en el futuro.

El cristalino de los bebés de menos de un año deja pasar hasta el 90% de la radiación UVA y el 50% de la UVB, llegando directamente a la retina, la parte más delicada del ojo. Entre los 12 y los 13 años estos porcentajes se reducen alcanzando el 60% para los UVA y el 25% para los UVB. Recién a partir de los 25 años el cristalino ya funciona a pleno rendimiento y se reduce la cantidad de rayos ultravioleta que llegan a la retina.

 

Es importante no olvidar que las nubes no bloquean los rayos UV; saber que el sol es dañino todo el año, no solo en verano; y tener mayor cuidado en los horarios del mediodía y la siesta.